En la jornada de ayer del 67 Festival de Venecia se presentaron tres películas muy diferentes entre sí.
La primera fue "Potiche" de François Ozon, uno de los directores más exitosos en los Festivales europeos. "Potiche" narra los avatares de una mujer rica que debe hacer frente a los problemas de la empresa de su esposo. La cinta es una comedia vodevilesca y a la crítica le ha parecido ligera pero agradable y además tiene a Catherine Deneuve como pilar de la cinta, por lo que se espera que compita con Natalie Portman como la ganadora en el apartado de interpretación.
La segunda cinta en proyectarse fue "Silent Souls" del ruso Alexei Fedorchenko. Se trata de otra comedia (más bien negra, negrísima) en la que un hombre que se acaba de quedar viudo, y que, junto a un amigo suyo decide incinerar a su esposa en un lugar remoto siguiendo un rito ancestral. La película ha gustado, pero tampoco a levantado excesivos entusiasmos, aunque se valora que se tome el tema de la muerte con sentido del humor.
Por último, la tercera película en lanzarse al foso de los leones fue "La passione" de Carlo Mazzacurati.
Se trata de la historia de un director de cine que debe coordinar una Semana Santa en un pueblo toscano. La cinta no ha gustado nada de nada, así que nadie cree que vaya a llegar al palmarés.
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