viernes, 2 de septiembre de 2011

Festival de Venecia: Segunda jornada.


Ayer se presentaron tres películas, dos a competición y una fuera de ella, que corrieron diferente suerte entre la crítica.

La primera fue "Carnage", de Roman Polanski, basada en la obra del 2007 de Yasmina Rexa "Un Dios salvaje".

La película cuenta como dos parejas se encuentran para intentar solucionar la bronca que han tenido sus hijos en el colegio. De esa reunión saldrá lo peor de cada uno de ellos.

La película es una comedia que ha gustado bastante a la crítica, quien la ha acogido con aplausos y con sonoras carcajadas. Todo el mundo ha destacado sobre todo el trabajo de los actores, sobresaliendo una especialmente fantástica Jodie Foster. Por el conrtario, los hay que lamentan lo poco arriesgado de la puesta en escena por parte del director, quien, por cierto, no pudo presentar la película debido a la posibilidad de que fuera arrestado.

La segunda película en verse fue "Warriors of the rainbow" de Wei Te-Sheng que se basa en la lucha de unas tribus aborígenes de Taiwán contra los colonizadores de Japón. Su excesiva violencia no gustó a los críticos, así que queda descolgada de los premios.

Por último se presentó "W.E" de Madonna. La expectación no tuvo límites pero los resultados no estuvieron a la altura.

La crítica no ha tenido piedad y la ha destrozado por todos lados, aunque también han comentado el buen ojo de Madonna en las imágenes y en el trabajo de los actores. Sin embargo el guión peca de superficial.

El plato fuerte de hoy es lo nuevo de David Cronenberg "A dangerous method".




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