Y no tiene nada que ver con la franquicia de Robert Rodríguez, gracias a Dios.
La cinta se basa en el caso real de Nathan Nicholson que en el 2009 fue arrestado por el FBI acusado de revelar secretos a los rusos. Lo curioso del caso es que que Nathan era hijo de John Nicholson, un agente de la CIA que en 1997 ya había sido sentenciado por el mismo delito. En el 2011 Nathan consiguió la libertad condicional a cambio de testificar contra su padre.
El director previsto sería D.J. Caruso y en estos momento se está elaborando el guión. La verdad es que ver a estos dos actorazos realizando estos papeles justifica de sobras la producción. Robert De Niro no tiene nada que demostrar y últimamente parece que está eligiendo mejor los proyectos y LaBeouf es un actor en ciernes con un inmenso talento deseoso de destacar. El duelo interpretativo está servido.
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