El Festival de Venecia sigue con su andadura, ya compitiendo con el de Telluride, que empezó ayer y que divide a los medios a la hora de realizar la cobertura mediática.
De momento Venecia aguanta, en parte porque ha sabido ofrecer cine de cierto interés este año con el que mantener a los críticos y a los aficionados. El año pasado, todo el mundo se fue en desbandada cuando empezron loas Festivales rivales.
En la tercera jornada se pudo ver "Anime nere" de Francesco Munzi. La cinta se basa en un libro de Gioacchino Griaco, quien a su vez se basa en hechos reales. la historia trata sbre tres hermanos, dos de ellos criminales y el tercero que trata de llevar una vida normal. Sin embargo, cuando el hijo de este último sigue los pasos de sus tíos, se desencadena una serie de acontecimientos que acabarán en tragedia.
La película ha gustado mucho por su dureza y lo hay que dicen que ya puede optar a premio.
La segunda película en proyectarse fue "99 homes", de Ramin Bharani y protagonizada por Michael Sheen y Andrew Garfield. La película trata sobre un joven que ha sido deshauciado de su hogar, el tema de la cinta, y que pasa a trabajar para el hombre responsable de su desgracia, un tiburón de los negocios. Los que la han visto destacan el buen hacer de sus protagonistas, pero comentan que podría haber dado más de sí, quedándose a medio camino.
Pero el gran protagonista de ayer fue Peter Bogdanovich. El director, quien fue un referente en los años 70 y que cayó en desgracia para después ser olvidado injustamente, vuelve por todo lo grande con "She's funny that way", protagonizada por Owen Wilson, Jennifer Aniston, Imogen Poots, Tatum O'Neal, Kathryn Hahn y Rhys Ifans.
La película es una screwball comedy, es decir una comedia como las que hacían Spencer Tracy y Katherine Hepburn y ha gustado bastante en Venecia, resaltando por todo el mundo el timing cómico de Jennifer Aniston, quien está viviendo un resurgir en su carrera.
Mañana más.
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