Con un poco de retraso pero ahí va nuestra crónica del Festival de Venecia.
Ayer se presentaron tres películas en competición.
La primera película que se pudo ver fue "The look of silence", del documentalista Joshua Oppneheimer y que puede considerarse como una continuación de "The act of killing", el gran documental del año pasado.
Si en el primer documental se hablaba de los verdugos del estado militar de Indonesia, en esta nueva película se haba de las víctimas, representadas por un oculista que se entrevista con los asesinos de su hermano.
La cinta se ha rodado a espaldas del gobierno indonesio y ha sacudido a los espectadores como pocos films hacen. Se trata de un canto a la generosidad y al perdón y ha conmocionado a más de uno.
La segunda película en verse ha sido "La rançon de la glorie" del Xavier Beauvois y trata sobre un hecho real acontecido en Suiza en el que dos inmigrantes secuestraron el ataud de Chaplin para pedir un rescate, todo desde un punto de comedia. No ha gustado nada y punto final. Aquí se acaba su historia en la Biennale.
La tercera cinta fue "Gheeseha (Tales)" de la iraní Rakhshan Banietemad que se ha rodado con cuatro perras y con muy pocos recursos y que afronta la crisis económica de Irán, pidiendo el levantamiento del embargo.
Su recepción en Venecia ha sido fría, sin levantar demasiados entusiasmos.
Dentro de poco, escribiré lo que ha pasado en la jornada 3. A ver si mejora la cosa.
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